Tras un par de horas de viaje, llegamos al primer destino Heathrow (Londres), donde pasamos uno de los controles, que fue bastante suave. Pensábamos que iban a ser más estrictos... no nos hicieron quitarnos ni los zapatos.
Esperamos un poco por allí hasta que saliera nuestro avión. Yo hasta este momento estaba la mar de tranquila... como estaría mi cuerpo de cansado que el viaje de Madrid-Londres ni me enteré estuve durmiendo en todo el trayecto.
Embarcamos dirección Seattle... 9 horitas por delante que emoción...me quede de nuevo sopita al despegar. Como veis no tengo ningún pánico al vuelo. Comida tras comida, sueño tras sueño por fin llegamos a la ciudad más al Noroeste de los Estados Unidos, Seattle.
Bueno parece que no hay mucho jaleo en inmigración, con lo que guay, como ya habíamos tenido un entrenamiento en la entrevista de la Embajada, fue como coser y cantar, sin olvidarme que Carlos ya es un experto en esto, pues pensé que iba a ser igual... nos toco un hombre afroamericano 4x4 con voz profunda... realiza una serie de preguntas rutinarias a Carlos, pero cuando me toca a mi no le entiendo naita... pongo los dedos en la maquinita para identificar las huellas y comienza mi mano a temblar... y él posa su mano sobre la mía. Díos lo ha notado que estoy cagaita, que miedo!!!
Nos dice que pasemos...buff por fin. Oh no! abajo, donde se recojen las maletas, hay otras personas preguntándote por lo mismo...llevas comida, donde trabajas, a que vienes... que pesadilla!
Bueno salen mis 3 super maletas y la de Carlos se pierde...mierda. Estuvimos más de una hora allí haciendo papeleos. Y agotados.
Pero llegamos sanos y salvos... y apareció su maleta, eso si empapada.
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