A principios de noviembre me propuso Carlos ir de catas. La idea era ir con gente de su trabajo de bodega en bodega... nos juntamos un buen grupito de diferentes nacionalidades, pero tenemos que decir que los italianos nos superaron con creces.
Primero nos dirigimos al Chateau St. Michelle a las 10 de la mañana, donde hicimos una degustación de 4 vinos. Yo elegí blancos, Carlos tintos.
Compramos un par de botellas.
Cruzamos la carretera y fuimos a Columbia winery, aquí la degustación era de 5 vinos. Continué con los blancos, pero les sugerí a todos que pidieramos algo de comer porque estábamos con el estomago vacío y era muy temprano para estar con vinos. Los italianos apoyaron mi iniciativa y pedimos varias Flatbread Pizza, proscuitto, olivas, quesos y salami... Nos supo a gloria.
Caminamos un poco más, que no nos venía mal, y nos dirigimos a la tercera y última bodega Januik Winery. El diseño de está me recordaba a una que viste de las Haciendas de España, Hacienda Abascal.
Aquí probamos 4 vinos más... Levábamos 13 vinos. Donde volvimos a pedir algo de comer... un ejemplo es esta pizza de pato:
Decidimos volver al primero para hacer el tour de la bodega... y no merece la pena, aunque nos dieron 3 vinos más.
El concepto que tienen es muy parecido al europeo, pero aún les falta mucho para el culto y la cultura del vino.